domingo, 12 de abril de 2015

El castillo del Alcalatén


Ya hacia tiempo que los Rayitos querían subir al castell de l'Alcalaten. Cada vez que iban a la carrera de Figueroles, allá por septiembre, Innovador miraba al castillo e imaginaba que habría algún camino bonito que llegaría hasta él. Pues por fin llegó el día de subir. En el wikiloc había una ruta que estaba publicada por un montón de personas (jandrillox, goterris,  cealqueries, alecsis21, tiocanya, rys). Todos los tracks eran iguales, así que se bajó uno y se cargó en el móvil para seguirla.

Una domingo de abril hubo que madrugar un poco para llegar a la Foia, comienzo de la ruta. A las 8:30 ya se estaba caminando. Los senderistas que participaron esta vez fueron Antonio, Ara, Carmen, Fede (GPS), Flama, Kiko y María.

La ruta fue de 8,2 kilómetros con un desnivel acumulado de 406 metros. Salvo algunas subidas un poco exigentes, fue una ruta más bien distendida. Mira aquí el perfil.


La mañana era un poco fresquita pero se notaba que el sol haría subir las temperaturas rápidamente. La ruta comenzaba en la Foia por la carretera hacia Alcora. A 100 metros se tomaba una pista a la izquierda (está señalizada). La pista era de tierra pero en seguida se transformó en asfalto. Era una carretera rural, medio de asfalto, medio de hgormigón, y se iba empinando poco a poco hacia la montaña.

Nuestros senderistas habían cogido la ruta con ganas e iban tirando con fuerza en la subida. Justo en el kilómetro 1 de la ruta había que tomar un desvío a la derecha. Los Rayitos ya se separaban de la carretera y comenzaba la senda. Ésta era ancha pero muy degradada por el agua y posiblemente "otros agentes". De momento la pendiente se mantenía y se comenzaba a sudar un poco, pero pronto se suavizó y dió un respiro a los caminantes.

Hacia el kilómetro 2 de la ruta apareció un gran agujero a la derecha (grande, grande). Se trataba de la mina de Cabres. Estas eran una minas de margas y arcillas. Las minas fueron explotadas por la familia Nomdedéu y después por Vicente Ferrer  que a principios de siglo construyó los Hornos que hay un poco más adelante. La marca de comercialización fue “Moltfort”. Los hornos, que eran de grandes dimensiones, están situados a la entrada del camino de las minas. A temperaturas superiores a 1000º se transformaban las margas en cemento. Se cuenta que el cemento se utilizó para la construcción de la Villas de Benicàssim.

Una vez superada la mina el camino siguió subiendo por una senda bastante "indómita" hasta llegar a un cruce de caminos. Curiosamente allí había una placa que habían puesto el día anterior (el cemento aun estaba fresco) con unos nombres de persona. Se supone que esto seíra un lugar de ejecución durante la guerra civil o algo así. Por lo menos esto es lo que parecía. Justo encima de la placa había una cruz de hierro. De allí salía una pista y un camino. El camino ponía que era el camí de Costur y la pista decía que llegaba al castillo del Alcalatén. Innovador se empeño en ir por el camino y a unas decenas de metros tuvo que recular para ir por la pista (por donde decía la señal indicadora). EL gps no engaña.

La pista se transformó en camino y tras un tossalet, se salió a la cara este de la montaña. Aquí las vistas eran impresionantes. Toda la Plana, Alcora y muchos kilómetros delante de los ojos de nuestros Rayitos. Entre los caminantes se comento que los que construían castillos sabían lo que hacían porque desde allí se controlaba todo lo que se movía a kilómetros de distancia. La senda era muy bonita y tras unos minutos de marcha se llegó al Castillo.

El castillo de l'Alcalatén está situado en el monte de Santo Cristòfol, en el término municipal de l'Alcora. Es una fortaleza de arquitectura islámica con reformas de arquitectura medieval construida entre los siglos X y XIII. Jaume I otorgó el castillo y el título de barón al caballero aragonés Ximén de Urrea, en 1233, después de la conquista de Borriana. Realmente del castillo queda una torre y cuatro paredes, todo perfectamente restaurado. Los Rayitos pararon un rato para hacerse fotos y luego siguieron con la marcha.

Justo a los pies del castillo estaba la ermita del Salvador. Desde allí salía una pista directa a la Foia, que tomarion los caminantes. Al poco tuvieron que deshacer el camino otra vez, ya que no era la pista, sino una senda que iba hacia Alcora la que tenían que tomar.

Siguiendo la senda llegaron a la carretera (la CV-190), que cruzaron y, por pistas hormigonadas y/o alquitranadas fueron hacía el rio Alcora, que también cruzaron (pasaba muy poquita agua, la que dejaba pasar el embalse de Alcora).

Del rio, y desviándose un poco de la ruta, llegaron al embalse de Alcora, un pequeño pantano que casi siempre está lleno y que se supone da agua al regadío y a las casas del pueblo. El lugar era muy tranquilo. Había unos escaladores encaramendose a una gran piedra delante de la pared del pantano. Los caminantes trataron de hacer un poco de turismo pero el guarda del embalse no les dejó cruzar por el muro.

Desde el pantano a la Foia el trayecto fue cortito y por carretera. En un momento llegaron al destino.

Por cierto, aprovechando estos estupendos días de primavera donde la naturaleza nos brinda todos tipo de delicados frutos, nuestros senderistas fueron recogiendo espárragos que estaban al lado del camino. Si se hubieran dedicado a fondo, habrían "cosechado" varios kilos. Al final Innovador se quedó con el botín y se los comió en una pizza con champiñones y roquefort y en una tortillita de espárragos que estaba de miedo. En la salida del siguiente fin de semana, si el terreno fuera el adecuado, volverían a intenar cosechar más productos.

Una vez en la Foia al coche y a las birras. La ruta resultó ser de 8 kilómetros largos en dos horas y media. El trayecto gustó por lo novedoso de la zona, porque el día fue perfecto para caminar y porque todo lo que hacen los Rayitos gusta (por lo menos a ellos mismos). En defintiva, una nueva ruta para tener en el libro del club.


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