martes, 27 de mayo de 2014

Un paseo por el Tossal Gros


La salida que presentamos esta semana es más el inicio de un pormenorizado plan de entrenamiento que una salida aislada. Resulta que un grupo de chicas va a hacer este próximo verano un tramo del camino de Santiago y necesita ponerse en forma para no sufrir físicamente en su aventura. El club Rayito hizo de entrenador de estas simpáticas excursionistas.

En esta ruta participaron Elena, Marian, Nuria, Kiko (l'innovador) y Susana, estos dos útimos son Rayitos experimentados. Las tres aprendices a senderistas mostraban mucha ilusión al principio, pero también al final.

La ruta elegida esta vez es la subida al Tossal Gros, montaña de la cual ya se ha hecho una crónica del Club Rayito. Esta vez la ruta se hizo circular y fue un poco más entretenida.

Como en la crónica anterior del Tossal Gros conviene hacer un poco de historia. El Tossal Gros se ha hecho famoso gracias a una novela de Josep Pasqual Tirado, "Tombatossals", donde crea todo un mundo mitológico alrededor de la ciudad de Castellón. 

Tombatossals es un gigante bueno que con la ayuda de sus amigos hace posible la fundación de la ciudad de Castellón de la Plana. Nace fruto del amor entre la Penyeta Roja y el Tossal Gros durante una fuerte tempestad producida por Bufanúvols a petición de la gran montaña (un ligón de cuidado). En aquella tempestad, todos los vientos excepto la Tramuntana por alocada y peligrosa fueron convocados, y se arremolinaron en el cielo descargando una tormenta que arrastró una gran cantidad de piedras montaña abajo, hacia el valle que les separaba. Del montón de piedras se levanta, con los primeros rayos de sol, su querido hijo Tombatossals, que como su nombre indica, tenía la fuerza suficiente para levantar o tumbar las montañas.
El perfil de la ruta lo dice claro. Se sube a la montaña y se baja de la montaña, nada más.




Por la mañanita las chicas quedaron en el Sanatorio para comenzar la ruta. Kiko se equivocó y estabo esperando al resto delante del estadio. En otra época esto habría sido un desastre y Kiko se hubiera vuelto para casa contrariado, y las senderistas habrían hecho la ruta solas. Hoy en día, con los móviles y el whatsapp, el tema se solucionó en un minuto y Kiko llegó al destino real.

La marcha comenzó poco antes de las nueve de la mañana. No hacía calor pero se intuía que un poco más tarde el sol picaría bastante. Eran finales de mayo y en esa época el sol casí es de verano.

El grupo comenzó a caminar por una senda que cruza una pinada detrás del sanatorio. Pronto comenzó el desnivel a aumentar y las caminantes novatas, con el músculo frio, ya hicieron algún que otro comentario. La pendiente disminuyó cuando se accedió a una pista y los comentarios cesaron. La marcha era lo bastante lenta como para que el grupo fuera manteniendo una alegre conversación.

Los cinco senderistas hacían grupos de conversación. Kiko solía ir delante y Elena solía caminar callada. Las demás hablaban mientras cresteaban la pequeña sierra que sale del sanatorio.

Las vista eran, como siempre, espectaculares. Se podían ver la columbretes aunque no del todo claras. Había bruma en el mar. El calor empezaba a subir y la pendiente tambien. Realmente hay tres buenos repechones en la subida al Tossal Gros, y no son ligeros. Hay que cogerlos con calma e ir avanzando según las posibilidades de cada uno.


Hubo momentos en los que faltaba el aire y nadie hablaba pero fueron los menos. En un primer día de entrenamiento no se puede hacer nada duro, porque los alumnos se asustan y ya no vuelven para la segunda sesión. Siempre hay que dejar ganas para la siguiente escursión.

Después de las tres duras ascenciones el grupo compacto coronó el tossal. Todos menos Elena llegaron bien. Ella andaba un poco fastidiada del estomago pero no era achacable a la ruta. Aguantó como la que más.

Ahora el camino ya era cuesta abajo. La vertiente oeste de la montaña ya tenía pinar y la sombra se agradecía. Bueno, el tema tampoco era tan fácil. Con lo seca que estaba la tierra y la pendiente de la bajada, el caminar se hacía bastante dificil. No obstante ningún culo tocó el suelo de forma accidental. Con la respiración más calmada la conversación del grupo volvió a animarse.

Poco a poco la pendiente se fue relajando y el grupo cogió ritmo. La cara oeste del Tossal Gros está llena de caminos y hay que elegir el que lleve a buen puerto. Puedes seguir hacia la cantera o volver haciua el sur hacia el sanatorio. Para volver al sanatorio existen dos vías, una senda que te devuelve a la cresta por donde se vino y otra que te lleva hacia un campo de naranjos. Se eligió la segunda, para variar y así hacer la ruta circular.

Por el tipo de terreno, las bicis y la sequía los caminos de toda la zona del Tossal Gros estan bastante pedregosos y erosionados. La senderistas sorteaban los obstácuos con facilidad. Un inocente resbalón llevó al suelo a Susana. Sus zapatillas ya daban avisos para el cambio. En cambio las otras, menos habituadas a caminar entre tenta piedra, se mantuvieron firmes sin caerse durante toda la caminata.

Ya en el campo de naranjos el piso pasó a ser asfalto. Los senderistas tuvieron que andar un kilómetro largo y se llegó a coche. La verdad es que, con una conversación animada, la parte de asfalto ni se notó. 

Al final no faltaron las cevezas (y cafés con leche) y se comentó la ruta. La cosa fue bien y las aprendices a senderistas ya planificaron un verano lleno de excursiones para endurecer sus músculos de cara al camino de Santiago. ¡Fue una buena excursión!



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lunes, 26 de mayo de 2014

La marató i mitja del 2014


El 17 de mayo de 2014 se celebró la carrera conocida como Marató i Mitja desde Castellón a Sant Joan de Penyagolosa y el Club rayito estuvo allí. Algunos amigos del club mantuvieron el pabellón bien alto en la carrera. Manolo, Clemente, Dani, Pedro el sobrino y Guillermo tuvieron un día de gloria por participar en la carrera.

Tanto la MIM como la CSP115, son carreras muy exigentes y muy populares. La MIM, que es la que nos interesa hoy, tiene 63 kilómetros y pico de longitud y un desnivel acumulado de 2.500 metros.


A as 6 de la mañana se dió la salida a la carrera, tanto a la Marató i Mitja como a la CSP115, desde la pista de atletismo de la UJI. En la penumbra de la noche, a Manolo se le ponían los pelos de punta viendo y sintiendo a más de dos mil corredores como una sola serpiente de colores, retorciéndose en la pista de atletismo hasta salir del recinto de la universidad para estirarse y deshacerse.

Una vez fuera de la UJI, la carrera pasa por una camino rural paralelo a la autopista hasta cruzar a urbanización Penyeta Roja y comenzar la primera ascensión. De aquí a la cantera, la Coma, Borriol, Sant Vicent, la senda del coll de la Serra y la Pedra de Borriol.

Manolo no comenzaba la carrera en las mejores condiciones. Andaba con los isquios de una pierna tocados. El día anterior el fisio le había puesto unas tiras adhesivas para que no se hiciera demasiado daño forzando. Su idea inicial era tirar todo lo que pudiera durante el mayor tiempo posible y, cuando no pudiera correr, seguir caminando. Con esta premisa Manolo llegó a la Pedra de Borriol en 2:07 y en bastante buenas condiciones.

A partir de la Pedra, la carrera discurría por el pou de Mollet, sendes, cruzar la carretera de Vilafamés a Moró, el barranc de la Parra, Bassa de les Oronetes, la rambla y la subida a les Useres.

A la llegada a les Useres Manolo estaba muy entero pero ya sólo caminaba. Habían pasado 5:23 desde la salida y hacía calor. Manolo de hinchó a beber y comer, descansó unos minutos, hablo un ratiro con el grupo que le seguía, donde estaban los Rayitos Ferch y el innovador, y rápidamente siguió la carrera. La verdad es que comió demasiado y al salir de les Useres vomitó todo lo que se había comido. Demasiada bebida isotónica y demasiados bocatas.

Un rato más tarde pasó Clemente por les Useres. Con 6:03 desde que comenzó la carrera, andaba bastante fastidiado de los pies. Había estrenado una plantillas y se había llagado los talones. Se lavó los pies en la fuente y se puso unas tiritas. Como siempre, Clemen tenía la moral intacta, con unas ganas de seguir y acabar que, independientemente de los accidentes físicos, casí aseguraban su llegada a meta. Habló un poco con la familia que estaba allí para apoyarle y siguió la marcha.

Manolo afrontaba ahora la parte más calurosa de la carrera. Desde les Useres a Torrocelles el calor es el enemigo número 1 del corredor. Hay subidas y bajadas que hacen un poco más divertido el camino, pero el calor, y sobretode de ese día donde no había ni una nube en el cielo, no es fácil de aguantar.

Dani llegó a les Torrocelles con 6:53 un poco tocado física y psiquicamente. Lo dejó estar. La carrera es larga y cuenta tanto como está uno de músculos como de cabeza. Como Dani es un histórico de la MIM, seguro que el año que viene se quitará la espinita de éste.

Manolo alcanzó Torrocelles con 7:42. Allí no tenía grupo de apoyo porque no dejaron pasar coches desde el Castillo de Atzeneta para no colapsar la pista. Se hidató y siguió. Ahora venía la tan temida Lloma Bernat. La superó y llegó a Xodos (10:17).

Antes de llegar Manolo a Xodos ya habían pasado los tres primeros de la CSP115. Ellos llevaban 100 Kilómetros y Manolo sólo 53 y estaban tan frescos y corriendo. Manolo andaba algo cansado y con ganas de terminar. Repuso la colección de glucosas y demás "potingues" que llevaba para fortalacer cuerpo y mente, comió un poco, recargó agua y siguió camino. El grupo de apoyo (Marisa y Kiko) le acompaño unos metros para darle conversación y ánimos y, tras la despedida, Manolo se dirigió hacia la subida al Marinet. Ya sólo le quedaba el Marinet y la Banyadera. Después de 53 kilómetros estas dos subidas eran como dos muros a superar. Pero la cercanía de la meta daba la moral necesaria para afrontarlas.

Por fín Manolo alcanzó la meta a las 12 horas y 38 minutos desde que salió de Castellón. La familia le esperaba y la alegría fue gande. Entró con María y Pau.

  

Los otros amigos tuvieron diferentes resultados. Ya hemos comentado que Dani lo dejó en Torrocelles. Clemen consiguió llegar a meta en 14:12 que, para como tenía los pies en les Useres, fue un gran triunfo. Pedro el sobrino llego en 9:30, ¡una máquina!. Guillermo hizo 8:26 que, aunque él quería llegar en menos de 8 horas, no deja de ser un tiempo estratosférico.

Enhorabuena a todos. ¡Unos campeones!




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jueves, 22 de mayo de 2014

El tossal de Mollet


Una nueva ruta de los Rayitos. Esta vez se trata de una ruta con dos objetivos. Por una lado coronar el Tossal de Mollet, que tiene una subida interesante que ya conocían algunos Rayitos.. Y por otro lado conocer las ermitas de Sant Vicent de Moró y de Sant Muquel de Vilafamés.

A esta excursión acudieron Fede (Gps), Gilbert (Rayito del Voramar), Kiko (l'innovador), Pedro y Toni. Un grupo de nivel medio sobradamente competente para la ruta que se planteaba. La ruta es quizá un poco corta (huevona) pero, como hemos comentado antes, con una subida interesante. Mira el Perfil:




La excursión comenzó en la ermita de sant Vicent, una capilla de nueva construcción dedicada al santo valenciano, que fue construida poco después de conseguir Sant Joan de Moró su independencia de Vilafamés, pueblo del que era pedanía hasta 1.990. La ermita más parece un chalet o un refugio de montaña que una capilla.

Para aparcar el coche al comienzo de la ruta, nuestros senderistas tuvieron que meterse por una pista, a veces asfaltada y a veces no, de unos cuantos kilómetros. Aunque la pista se puede hacer en coche normal, Gps se brindó a llevar a los caminantes en su 4X4 para más comodidad huevona. Poco antes de comenzar a caminar hubo una pequeña discusión "orientadora" de en qué dirección estaba Borriol exactamente. Dos del grupo decían que en una dirección, otros dos decían que en otra y Gps (el "desorientado" del grupo) evidentemente no opinaba.

La ruta comenzó desandando poco más de un kilómetro del camino que llevó al coche a la ermita. Este camino sirvió para calentar las piernas de los senderistas. En un momento se vió la senda que llevaba al tossal de Mollet. La pendiente que tenía el camino hizo que el ritmo bajara sensiblemente. Esta senda forma parte de la carrera que todos los años, allá por el mes de junio, organiza el Club Running Moró y que algunos Rayitos han competido en más de una ocasión.

Poco a poco el grupo, liderado por Rayito primero y por Gps después (con el peligro que tiene el dejar ir primero a Gps) , fué subiendo durante un kilómetro y medio. Las piernas estaban calentitas y el corazó latía rápido. Toni llevaba un pulsómetro y controlaba el ritmo de la subida. Nuestros senderistas llegaron a un cruce de caminos. A la derecha continuaba la ascensión al tossal y a la izquierda bajaba una senda hacia la ermita de sant Miquel.

Rayito no se esperaba hacer una bajada en ese momento y protestó un poco cuando todo el grupo se encaminó hacia sant Miquel. La protesta no era por la bajada sino porque ese camino se tenía que volver a subir.

El estado del comienzo de la ruta hacia la ermita era bastante malo. Rayito protestaba a cada paso pensando en la vuelta. Poco a poco el camino se fue arreglando y, después de 10 minutos, los senderistas ya estaban en sant Miquel.

Sant Miquel es una ermita que se encuentra en el término muicipal de Vilafamés y es muy apreciada por sus vecinos. Todos los años, el cuarto domingo de cuaresma, se realiza  una concurrida romería desde el pueblo a la ermita. Una vez visitada la ermita por fuera y hechas las fotos de rigor, nuestros caminantes desandaron sus pasos para volver al objetivo principal de la ruta, que era la subida al tossal de Mollet.

La vuelta al cruce fué menos dura de lo esperado. Rayito había metido el miedo al grupo y todos esperaban una vuelta más empinada. Al final todo fue más suave.

Ya en el cruce el grupo siguió subiendo. Era la parte más dura de la ruta y esta vez fue Toni el que lideró el grupo con fuerza. Con un límite de 150 pulsaciones la ascensión se hizo rápida. Fueron poco más de 700 metros de esfuerzo y se hicieron con alegría. Por fin se lllegó a lo alto de la cumbre.

El tossal de Mollet es una montaña bastante emblemática de la provincia de Castellón. Lo alto del tossal no es un pico sino una loma ancha donde hay restos de un poblado bastante grande. Desde allí se controla un gran territorio. Los Rayitos identificaron bastantes pueblos. Sant Joan de Moró, Onda, l'Alcora, Llucena, Costur, les Useres, Xodos, Benafigos, Culla y alguno que otro más

Ahora nuestros senderistas comenzaron el descenso. Si se va corriendo, el camino es un poco peligroso porque pasa por zonas donde hay cortados impresionantes. Aun así, la ruta es bonita y agradable, sobretodo porque es cuesta abajo. Es un kilómetro y medio de bajada por una senda donde a veces hay que poner las manos por lo empinado de la cuesta.

Nuestros capeones culminaron la bajada y accedieron a la carretera que les llevaría otra vez al punto de partida, a sant Vicent. Esta carretera viene del pou de Mollet (forma parte del sendero de la lluna plena GR-33) y va a la ermita de sant Vicent de Moró. Poco más de un kilómetro de caminar y ya estaban en el punto de partida, donde se encontraba el coche. Allí volvió a surgir el tema incial del día, en qué dirección se encontraba Borriol. El comentario volvió a terminar con diversidad de opiniones.

Ahora tocaban las cervecas y comentar la ruta. Todos opinaron que la ruta se quedó un poco corta, pero el caminar por un bosque tan frondoso daba gusto. En definitiva, bonita pero un poco corta.


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jueves, 15 de mayo de 2014

La Pedra de Borriol


La ruta que presentamos hoy forma parte del sedero de gran recorrido GR-33 que se ha hecho famoso por la Marató i Mitja y por la subida que hace el CEC la primera luna llena del año (por eso se viene llamando el sender de la lluna plena). Esta vez los senderista fueron Gilbert (Rayito del Voramar), Kiko (l'innovador) y Pedro, y el objetivo fue subir a la Pedra de Borriol desde la ermita de sant Vicent.

Esta vez no quedaron demasiado temprano porque la noche anterior alguien tenía compromisos de colla. Al final fueron la 9 la hora elegida para comenzar el camino. El día era bastante soleado pero no hacía demasiado calor.

La ruta consiste en, desde la ermita de sant Vicent, seguir la la senda del GR-33 hasta el paraje denominado "la Pedra" y después desandar los pasos por el mismo camino. Casi 7 kilómetros con 473 metros de desnivel que nuestros senderistas hicieron en 1 hora y 40 minutos.


Como ya viene siendo costumbre en las últimas salidas, Rayito estrenó zapatillas. Era ya latercera vez que se las cambiaban en la tiena (si contamos con que al principio las cambió por medio número menos, era ya la cuarta vez). Los de la tienda consultaban el historial del ticket de compra y miraban con recelo a Rayito pero no pusieron problemas. Fue la mala pata. Esperemos que con estas nuevas zapatillas Rayito disfrute y haga muchos kilómetors para el club.

No sabemos si fué por la zapatillas nuevas o por que últimamente Rayito se encontraba fuerte, pero lo que pasó es que lideró el grupo y comenzó la subida con ímpetu. 

Poco a poco el camino se empinaba y Rayito, Kiko y Pedro mantenían el ritmo. Pedro, todavía en fase de entrenamiento comenzó a flaquear y se descolgó un poco, pero no demasiado.

Los tres senderias conocían que Manolo (otro Rayito) había salido de Castellón hacía la Pedra sobre las 7 de la mañana y ya había llegado a destino, con lo que durante la subida de nuestros hombres seguro que se cruzarían con él. Y así fue, en medio de la ruta bajaban corriendo Manolo y Gerv. Hubo parada para comentar el camino. Manolo y Gerv estaban en plena recta final del entrenemiento para la marató i mitja, que era la semana siguiente, con lo que su nivel de forma, entusiasmo y concentración era alto. Se aprovechó para esperar a Pedro y para quedar después para la segunda fase (la de las cervezas).

Nuestos senderistas continuaron camino y pronto llegaron arriba de la sierra. Aquí las vistas son espectaculares y se ve la cara oeste del parc natural del Desert de les Palmes, con Raca, la Roca Blanca, el Morico y el Bartolo de protagonistas.


Aquí el sendero se vuelve pista y la pendiente prácticamente desaparece. Ahora ya era un paseo llegar a la Pedra. Comentando las vistas y andando de una forma relajada se cubrió el tramo de pista que llegaba a la Pedra. 

Los tres caminantes no descansaron mucho tiempo. Una vez conseguido el objetivo, dieron la vuenta rápidamente y comenzaron el camino inverso. Para no repetir el camino, existe una ruta más bonita tomando una pista a mano derecha al poco de salir de la Pedra. El problema que tiene elegir esta ruta esque te daja en el mismo Borriol, y después toca andar el camino de Borriol a sant Vicent (un par de aburridos kilómetros) que para un senderista huevón suponen mucho. Otro dia el club rayito hará este camino pero comenzando y acabando en Borriol y no siguientdo el GR-33.

Pues lo dicho, siguieron la pista, y bajaron por el camino GR-33. Si ves le ruta en el mapa te darás cuenta que el camino no desanda exactamente el anterior. Hay un punto donde se puede hacer una pequeña "trampita" y ahorrarse unos metros. Fieles a su tradición "atajista" los rayitos huevones tomaron el atajo y se ahorraron unos pocos metros.

Ya en el final de la ruta, el último kilómetros se hizo trotando. Por lo menos había que sudar un poco para poder ganarse las cervezas. Los tres senderistas llegaron más o menos a la vez al coche.

Para las cervezas, Pedro no pudo venir pero Manolo se apuntó al final, una vez acabó su ruta. Los comentarios fueron buenos. La ruta, una clásica gustó y no dió sorpresas. Pedro cada día andaba mejor y con más potencia y Rayito seguía liderando la subida con fuerza. Y por supuesto Manolo estaba ultraconcentrado para la MIM.

En resumen, la montaña es distinta cada daía pero siempre satiface al que la disfruta.



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miércoles, 7 de mayo de 2014

l'Agullot de Benicàssim


Un día el club Rayito planteó hacer algo un poco distinto sin dejar de ser huevón. El objetivo era hacer escalada, pero escalada huevona, y el Agullot de Benicàssim era el objetivo perfecto. El Agullot es una cumbre que forma parte de les agulles de santa Àgueda, cadena de picos que hace de frontera entre los términos municipales de Benicàssim y Cabanes.

En esta ruta participaron Fernando (Ferch), Gilbert (Rayito del Voramar) , Kiko (l'innovador) Manolo y Toni. Un equipo de lujo para una excursión diferente. Cerca de 9 kilómetros en 3 horas y con un desnivel acumulado de 750 metros. Mira el perfil para ver el esfuerzo huevón...



Como en muchas otras ocasiones los senderistas dejaron el coche en el puente de la autopista, en el pla del Salandó, lugar desde donde comenzaron la ruta. Eran las 8 de la mañana de domingo soleado de mayo. Hacía un poco de fresco pero el sol pronto enpezaría a trabajar.

Tomaron la pista que sale paralela a la autopista para subir por el barranc de la Comba. El comienzo de la subida por la Comba fue rápido. Rayito estaba fuerte y lideró el grupo con una energía fuera de lo normal. Se andaba en tiempo de record. Normalmente la subida lleva alrededor de 25 minutos, aunque algunos del club la han hecho en menos de 20. El ritmo que se imprimía estaba más cerca de los 20 que de los 25. El grupo rebasó a un par de senderistas que también pisaba bastante fuerte, pero no tanto como nuestros campeones. Al final la liebre de nuestro grupo parece que no había tomado bastante Cola-Cao  por la mañana y en los tres ultimos repechos de la Comba (los más duros) el ritmo bajó considerablemente. Al final fueron 24 minutos y todos tenían los gemelos calentitos. No hay que quitar mérito a la gesta. Rayito, la liebre, se portó.

Una vez finalizada la subida, a la derecha salía la senda que lleva al Agullot. Está marcada con pintura un poco de mala manera. Nuestros senderistas se adentraron por el pequeño camino que pronto tomó pendiente. La senda era un poco estrecha, bastante empinada y cruzaba un espeso bosque de pinos pequeños. A unos cientos de metros la ruta llegaba a un lugar más o menos plano con unas construcciones semiderruidas. Aquí Rayito acusó el esfuerzo inicial y, con un dolor de riñones, prefirió esperar y establecer el primer campo base.

El resto de caminantes afrontaron la subida definitiva al Agullot. Ahora la montaña se convirtió en la cima de los mil caminos. Habia un montón de sendas y todas llegaban a la cumbre. Los caminos aparecían y desaparecían a medida que se iba subiendo porque las rocas cada vez eran más numerosas, más complicadas de subir y enmascaraban la ruta.

Al final la cosa estaba en intuir el camino y trepar con mayor o menor dificultad por las rocas. Alguno comentó que si eso era complicado de subir, seguro que lo sería más de bajar. Para un "Rayito Huevon Estándar" la subida al Agullot se convirtió en un reto de escalada de primera línea. 

Trepando trepando se llegó a una losa donde había una cuerda de apoyo (gracias al que la puso) y un poco más arriba a una canal que, una vez superada, daba acceso a la cima.

Arriba de la canal se quedaron Ferch y el Innovador por respeto a las alturas y a la caida libre, estableciendo el segundo campo base. Los últimos metros los cubrieron Manolo y Toni.

La cima del Agullot tiene unas vistas espectaculares y está tristemente pintada y rayada por decenas de insensatos que creen que ensuciar la roca les da algún tipo de satisfacción. Una vez encima de la roca no existe ninguna barrera entre uno y la inmensidad del universo. Realmente no es recomendable para personas con vértigo.

Tras algunas fotos para inmortalizar el momento, el grupo comenzó el descenso. Por el recuerdo de la subida, la bajada se aventuraba peligrosa pero realmente no lo fue. La multitud de caminos a escoger dió la posibilidad de elegir el más adecuado tanto para la subida como para la bajada y lo que se trepó cuesta arriba, con un ligero "saltito" se trepó cuesta abajo.

Una vez de vuelta a la entrada de la senda el grupo decidió hacer lo que sabía hacer, es decir, senderismo. Tanto trepar y tantas emociones no habían colmado las expectativas de un grupo acostumbrado a caminar y caminar y no a trepar y esperar. Con esta sensación, nuestros senderistas decidieron hacer el camino un poco más largo. Tomaron la ruta que sube desde el final de Comba hacia el pla de muletes y, en el cruce con la senda de la font de sant Josep, ir hacia ella.

La fuente estaba seca. La verdad que esta sequía continuada está dejando la montaña en bastantes malas condiciones, no sólo para los que van de vez en cuando a caminar por ella, sino para todos aquellos animales y plantas que viven allí. Desde la font de sant Josep, los senderistas bajaron por la senda que pasa a ser pista y, después de ver una estupenda estampa de las ruinas del viejo monasterio, cruza la ermita del naixement con sus huertos de naranjos y enfila valle abajo hasta llegar otra vez al pla del Salandó, donde estaba el coche. Durante la bajada, y como no estaba Fede, el Gps, para caerse, Toni deleitó al grupo con una caida tonta. Yendo por sitios peligrosos y complicados sin resbalar ni una sola vez y en una pista amplia y sin peligro te toca el culo al suelo. ¡Es la vida!

Esta vez no hubo cervezas de celebración. Tres horas de ruta dejaban poco margen al "tercer tiempo". De todas maneras se comento lo agradable de una excursión que había tenido un poco de todo y que, sin ser muy lejana, alta o pesada, mató el gusanillo "huevón-escalador" del cliub. Un acierto. Ahora, a esperar la próxima.

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jueves, 1 de mayo de 2014

Un tour por Raca


Aquella semana el club Rayito aprovechó un jueves festivo para hacer una salidita por la montaña. Esta vez el objetivo fue Raca, la montaña de detrás de la Magdalena. Pero esta vez no se hizo desde la cara este, sino que fué por la cara oeste.

A la excursión fueron Gilbert (rayito del Voramar), Fede (Gps) Kiko (l'innovador), Pedro y Susana. La ruta se presentaba bastante huevona pero al final se sudó un rato. Fueron poco más de 7 kilómetros y medio con un desnivel acumulado de 553 metros, más de la mitad concentrados en 600 metros. Mira el perfil y lo verás.



La ruta comenzó al pie del Tossal Roig, en el barranc de la Mola, en el termino de Borriol. Para acceder al lugar donde se dejó el coche hay que subir 1,5 Kilómetros por una carreterita rural muy estrecha pero asfaltada. Los senderistas aparcaron el vehículo (llevaron un 4x4 por si acaso la carretera estaba complicada, pero no) y comenzaron el camino. Ninguno de los excursionistas había hecho el camino y el innovador sacó la ruta del wikiloc, "pequeño tour de Raca" de Trancos trail.
El camino comenzó con una pista. Los senderistas cruzaron el baranc de la Mola y a los pocos metros tomaron un desvío a la izquierda. La pista estaba bastante bien e iba subiendo poco a poco. Había un par de excursionistas con resaca (sobre todo uno) y el ritmo que se imprimió no fue demasiado fuerte. La subida era suave y los músculos se tonificaban poco a poco.

La pista se transformó en senda y ya se hizo más bonita. Ya al fondo se veía Raca y de momento el camino era más o menos plano. Pero lo bueno estaba por llegar. De repente la ruta coge un camino a la izquierda y se empina hacia la cumbre. Pedro comentó a que este camino los ciclistas le llaman "los toboganes", así que uno se puede imaginar lo empinado del mismo. También, debido a las bicis, el camino está lleno de rodadas y en muy mal estado, con lo que, además de ir con resaca y subiendo, encima te ponen el camino difícil...

Tras unos minutos de sudor se llegó a la cumbre. Nuestros excursionstas no eran los primeros. Desde hacía un rato ya se veían otros senderistas en el pico, pero cuando los nuestros llegaron los otros se habían ido y el club Rayito pudo disfrutar de unos minutos solos en Raca. Las vistas era impresionantes. Se hicieron las fotos de rigor y comenzaron rápidamente el descenso porque un montón de bichos verdes estaban "colonizando" a Susana y al innovador. Llevaban camisetas blancas y parece que ser los bichos verdes los tomaron por flores gigantes.
Para bajar de Raca la ruta utilizaba la senda que va hasta el polvorín del final del camí Caminàs de Castellón. Es una ruta bonita (empinada pero bonita), y nuestros senderistas la siguieron hasta el collado del Mancebo, donde hay una mesa y unos bancos de piedra. Uno comentó para una próxima vez se podría montar un buen almuerzo allí, aunque haya que subir el material a mano. Desde el collado, el grupo tomó una pista a mano derecha y volvió a la vertiente de la sierra que mira a Borriol. Los músculos estaban calientes y la suave pendiente invitaba a trotar un rato, y así se hizo.

La pista desembocaba en una carretera asfaltada, que discurría paralela al barranc de la Mola. El grupo ya no dejaría el barranco hasta el final de la ruta. Se cruzaron con unos ciclistas y dió la casualidad que uno de ellos era el hijo de Pedro. Al cabo de un kilómetro largo, la carretera terminaba y de allí salía un camino a la derecha que, con una subida,  volvió a hacer sudar a nuestros senderistas. Allí se oian voces y se vío unos chichos que estaban haciendo algo. No parecía escalada con lo que se supuso que habría una cueva o algo y estaban haciendo espeleología.

Durante el tramo de carretera y hasta el final de la ruta el grupo paso de ser sólo 5 a ser lo menos 100. Los bichos verdes no dejaban ni a sol ni a sombra a esas dos flores gigantes que eran Susana y el innovador con sus camisetas blancas. Por una pista y con varias casas alrededor, se alcanzó el final de la ruta, lugar donde se había dejado el coche.

Ahora todos al vehiculo y a recuperar hidratación. Unas cervecitas y a comentar la ruta. La excursión supo a poco. Quizá demasiado corta o demasiado huevona, pero el paisaje perfecto. Al ir por la cara oeste de la sierra, hay más vegetación y la propia montaña protege del sol de la mañana. En un día caluroso, se anda mucho por sombra y se va medianamente fresquito. Seguro que se repite.