miércoles, 19 de marzo de 2014

La cantera de Borriol

Para la ruta elegida por el club Rayito esta semana no había que desplazarse demasiado de Castellón. De hecho el comienzo de la ruta está en su término municipal. Los del club Rayito eligieron una excursión más bien huevona.

Para hacer el camino esta vez vinieron Gilbert (Rayito), Fede (Gps), Kiko (el innovador), Pedro y Susana. En sus pensamientos estaba Manolo, que junto a Esther y Ferch, estaba en esos mismos momentos haciendo la marxa a peu per Borriol, a escasos kilómetros de donde estaban nuestros senderistas.


Como hemos dicho antes la ruta era un poco huevona, pero al final se alargó el tema, y con las subidas y bajadas que tocó hacer, la ruta pasó de ser huevona a moderada (pero sin pasarse, por supuesto). Fueron 10 kilómetros. Mira el perfil con sus dientes de sierra y comprobarás que durante todo el trayecto no se paró de subir y bajar, subir y bajar.
Aparcaron el coche en la urbanización la Penyeta. Gps estrenaba un supertodoterreno (de segunda mano y con un millón de kilómetros) y llevó al grupo para lucir de buga. También Rayito iba de estreno. Las zapatillas que compró hacía poco tiempo habían salido defectuosas (se le despegaron las suelas en dos días) y la tienda se las cambió por otras iguales. A ver si esta vez no se despegan.

Desde la urbanización salen dos caminos que llevan a la cantera. Utilizaron uno para ir i el otro para volver. El camino de vuelta forma parte del sendero de gran recorrido GR-33 que une Castelló con Sant Joan de Penyagolosa.

El camino que llevaba a la cantera era cómodo y muy montañero. Con ligera pendiente hacia arriba (bastante) y en medio de pinos, pasa por lugares como si se estuviera a muchos kilómetros de la civilización cuando, en realidad, sólo se estaba a unos metros. Allí se cruzaron con una pareja (más perro) que, según contaban, repetían el camino todos los días. ¡Un privilegio!

Al final del camino estaba la cantera, un terrible agujero hecho en la tierra donde se han llevado montañas y montañas de rocas para saciar el furor constructivo del ser humano. Nuestos senderistas rodearon un tramo de cantera y buscaron una pista, que al final se transformaba e senda, para ir a un paraje un poco más bucólico, el campo de golf de La Coma.

El campo de golf de La Coma es un poco como la cantera. Aquí han tirado montañas y montañas de agua para regar un césped y así saciar el furor de esparcimiento de los seres humanos más pudientes. La senda por la que iban nuestros caminantes discurría por un lado del campo de golf. Allí iban disfrutando de la naturaleza, aunque un poco artificial. No se vió ningún golfista, quizá era demasiado temprano para practicar este relajante deporte.
 
Una vez se acabó de bordear el campo de golf, la senda se transformó en pista y a pocos metros, los caminantes tomaron un camino a la izquierda para abordar la segunda subida del día. El objetivo era una antena que coronaba un tossalet. Subida corta pero intensa, como todas las de ese día. La bajada era complicadilla, con mucha pendiente y además llena de perros. Resulta que en medio de a bajada una docena de perros rodearon al grupo. Eran un grupo de perros cazadores que habían sacado a la montaña a "hacer gimnasia". Olisquearon a nuestros senderistas les dejaron en paz. Algun@ del club no las tenía todas consigo y paso unos momentos de semipánico.

Una vez finalizó la bajada, los senderistas volvieron por una pista otra vez a la cantera. De allí siguieron hacia Borriol otra vez y afrontaron la tercera ascensión del día. Subieron por un caminito a ver unas pinturas rupestres. Nunca habrían imaginado que hubieran una pinturas rupestres tan cerca de Castellón. Se trata de las pinturas rupestres de l'Albaroc. Datan de hace 10.000 años, según las estimaciones de los expertos, y la figura más importante es la conocida como “El Guerrero o Bruixot”, sin duda la pintura de mayor valor artístico de cuantas componen el conjunto rupestre de Borriol por su mayor definición y mejor estado de conservación. Nuestros senderistas sólo vieron una figura, y dudaban entre que fuera el famoso Bruixot o una lagartija. Esto de identificar el arte rupestre no era cosa del club Rayito.

Bajaron por donde habían subido y, tras unos metros, como no iba a ser menos, hicieron la cuarta subida del día. Esta era la más dura y no era conocida por ninguno del grupo. La idea era volver rapidito a la cantera para finalizar la excursión, y decidieron tomar una pista nueva que habían hecho los de la compañía eléctrica para desbrozar el monte. Tras unas dudas que implicaron desviarse un poco del camino y subir un poco más de lo que debían, los caminantes consiguieron llegar a la cantera. Ahora tocaba rodearla y volver al camino de bajada. Susana y Gps iban delante y los que iban detrás, que eran un poco malos, estaban esperando a que se equivocaran de ruta. No fue así y Susana y Gps, antes de fallar, pararon y preguntaron a los de atrás por donde había que ir.

Como hemos comentado antes, el camino que va de la cantera a la urbanización de Penyeta forma parte del GR-33. desemboca al final de la calle Joan Miró. Mientras iban por el GR-33, los senderistas vieron nuevas marcas pintadas de rojo en las piedras. Se trata de las marcas dels camins catalans. Entre las marcas de GRs, PRs, camins catalans  y demás estan llenando los caminos de pinturas. Desde aquí creemos que eso de pintar los caminos debe pasar a la historia. Entre las marcas naturales (mojones, piedras, palos y demás), los postes de señales oficiales y los gps que tienen prácticamente todos los móviles ya es suficiente para seguir un sendero.Ya no es necesario pintar las piedras, y encima con marcas distintas.

Ya en el coche, los senderistas se encaminaron hacia el bar de turno. Unas cervecitas de rehidratación y unos comentarios sobre la ruta dieron digno colofón a la jornada. Hay que decir que, desoyendo la tradición, algunos se pidieron cocacolas. La ruta gustó por variada y el tiempo acompañó. dos horas y media de caminata que resultó interesante, y con las pinturas rupestres, cutural. Luego se enteraron que Manolo hizo 4 horitas en la cursa de Borriol. ¡Todo un campeón!




sábado, 8 de marzo de 2014

Ens anem d'excursió (part 1)

El servei d'esports d'Almassora programa 8 o 10 vegades a l'any excursions per la província de Castelló. Per a cadascuna de les rutes se cerca un guia que conega el camí i porte al grup, generalment nombrós, fins a a fi del camí elegit.

La ruta que es conta ací va ser encarregada a un membre del club Rayito i aquesta és la primera de les dues vegades que es fa el camí per aquesta excursió. La primera vegada és una prova per a calcular temps i la logística de l'excursió, i la segona vegada és l'excursió en sí mateix.

El primer "simulacre" d'excursió el van fer Eva i Kiko. El perfil de la ruta és ja conegut per alguns membres del club Rayito, ja que es va fer uns mesos abans i ja estava catalogada en aquest blog. Són més de 900 metres de desnivell en 15 quilòmetres de pura natura.

El parrell de senderistes arribava a Portell, origen de la ruta, a les 9.30 del mati d'un dia de començament de març. Per la carretera el ametllers lluien tot el seu esplendor florit. La primera feina a fer era, evidentment, esmorzar. Havien quedat amb Àlvar, l'alcalde de Portell per a agafar forces abans de començar a caminar. Kiko es va decantar per un esmorzar continental, unes quantes cerveses, dos ous fregits i pernil passat per la planxa finalitzat amb un carjillo donaven prou força per abordar la ruta en condicions. Àlvar i Eva van ser més prudents i es van conformar amb mig entrepà de panxeta amb formatge.

Desprès d'una hora i quart d'animada conversació, van donar per finalitzat la primera fase de l'excursió i van començar a fer el que venien a fer, caminar.

Encara no hem dit la ruta elegida per a fer l'excursió. El camí elegit és la ruta dels Pelegrins de Portell. Un sender amb una gran història darrere. Aquesta ruta és una peregrinació que es fa tots els anys i que es remonta a més de 500 anys. En la crónica de l'excursió oficial contarem la legenda que va originar aquesta pelegrinació. Ara cal dir només que el camí comença a Portell de Morella i finalitza a Sant Pere de Castellfort.

Com ja hem comentat, amb la panxa ben plena, els dos caminants van deixar Portell per a començar la ruta dels Pelegrins. El principi es fàcil, tot cap avall, fins arribar al pont de la Rambla. Comença per una pista i, desprès de passar per una granja plena de gossos caçadors, creuar la carretera de Vilafranca i vorejar un parell més de finques i fàbriques de porcs, ja es deixa la civilització i el camí comença a ser interessant. Es puja un tossalet fins una creu dedicada a les missions. Des d'allí una pista baixa ràpidament fins al pont de la Rambla. Com ja quasi és habitual al club Rayito, els nostres caminants van aprofitar per a trotar un poc i calfar les cames.

El pont de la Rambla es troba en un punt estret i una mica amagat de la rambla de Sellumbres. És un pont medieval que, per ser un lloc de pas molt antic, de segur s'alça sobre un pont més vell. A partir del pont el camí, que continua sent una pista, comença a pujar de forma continua i exigent. Eva i Kiko ja parlaven menys i caminaven més.

Kiko tenia cert interès per vore algun animal. En altres ocasions es van vore raboses i cabirols. Eixe dia no van tindre sort, encara que sí s'endivinaven moltes restes del seu pas. Només una parella d'àguiles es van deixar vore uns moments.

La pista pujava i pujava durant un parell de quilòmetres. La conversa dels caminants era poc animada. Moure les cames i bufar per tractar d'agafar més aire ocupaven prou part del cervell com per a poder parlar amb facilitat. Kiko continuava escrutant les vores de la pista per trobar algun rastre d'animal i Eva, que li agrada mantindre una temperatura exacta del seu cos, anava entretinguda llevant-se i posant-se roba pel fet d'estar còmoda. Per fi van acabar en la pista i van accedir a un camí que s'andinsava per un pinaret.

Ací la ruta es feia més tranquil·la. D'una pujada exigent van passar a una senda suau i bucòlica, Eva va comentar que la vista del bosc era com eixes fotos que es posen de protector de pantalla de l'ordinador, amb els raigs de sol entrant per entre les branques i deixant zones il·luminades i altres amb ombra. Com es va dir, de foto!

Poc a poc el camí anava baixant fins arribar a una rambla. Des d'allí tocava pujar un altra vegada. Ara la pujada tornava a ser important. El camí era curiós. No era ni senda ni pista. Era una zona relativament ampla, amb murs de pedra als costats separant el camí de les finques del voltant. Era el tipus de camí que es feia servir per traslladar ramats. Encara que ara ja no s'utilitzen, allí estan per a fer-nos recordar el que havia estat aquesta terra antigament.

Durant el camí, els nostres senderistes es van trobar dues coses importants pels pelegrins de Portell. N'hi ha un moment on, si es gira el cap, es veu el santuari de la Verge del Cid, a L'Iglesola. Un santuari amb hostatgeria molt important antigament i que es va construir sobre runes d'una vila romana. Els pelegrins, en arribar a aquest lloc paren a resar fer alguna lletania. L'altre lloc important és una gran pedra al mig de la ruta on n'hi ha esculpida una creu i un calze del revés. Conta la llegenda que ací es va morir un pelegrí i el relleu fet a la pedra es va fer per recordar-lo. Evidentment, a aquest lloc els pelegrins també paren a resar.

El camí va pujar i baixar un parell de vegades fins arribar a una vall més ampla on ja es veia civilització. Un parell de granges a l'esquerra i el mas d'Ibañez a la dreta, que és el lloc on es van dirigir la parella de caminants. La pujada al mas va ser curta però exigent. El mas d'Ibañez encara estava en producció. No vivia gent, però ovelles, cabres i gossos n'hi havia. 

Des d'allí el camí continuava pujant fins una línia de molins eòlics. Quan estàs al seu costat són impressionants, i dóna por vorel's i sentir-los rodar i rodar. Eva i Kiko van passar rapidet per evitar riscos innecessaris.

Ara ja el camí es va tornar totalment pla, Estaven al cim de la cresta de la serralada, i ja no quedava cap muntanya que pujar. Planejant els senderistes van passar per les runes del vell Castellfort, vila romana molt estratègicament situada amb un control total de la situació dels voltants. N'hi havien quilòmetres i quilòmetres de territori a la vista de l'ull. 

La pista va morir a la carretera i ja, després d'una estona, ja s'arribava a Sant Pere, final del recorregut. Van vore les vistes, encara més impressionants que les de l'antic Castellfort. 

Ara, amb l'obligació complida, els dos caminants van fer cap al bar de Castellfort, on els esperava Àlvar, l'alcalde de Portell per a fer les cerveses de rigor i un bon dinar. Els comentaris de la ruta van ser tots molt positius. El dia immillorable, amb un sol i una temperatura perfectes. La terra, perfecta, feia uns dies que havia plogut i la xafada era agradable. Llàstima de no vore animals de quatre potes pel camí.

Ja a la vesprada i amb la panxa ben plena, Àlvar va tornar als nostres caminants a Portell, on tenien el cotxe, per a la tornada a casa.

Ja en el cotxe una vegada baixat el coll d'Ares, abans d'arribar a la Montalbana, la sort i les ganes de descobrir animals va recompensar als nostres senderistes. Quasi a vora de carretera i menjant en una finca, n'hi havia cinc cabres, totes amb unes banyes de més de mig metre. Al·lucinant! Vas a caminar al mig del no res per a vore animalets i te'ls trobes al costat de la carretera. Van tractar de parar per a fer una foto però van fugir. N'hi ha una prova però quasi no es veuen.




lunes, 3 de marzo de 2014

El castillo de Miravet

Esta semana el club Rayito ha hecho una bonita ruta con visita cultural incluída. La ruta escogida parte de la carretera de Cabanes a Oropesa, pasa por el castell de Miravet y, tras dar un rodeo, vuelve al lugar de salida. Como puede verse en el perfil, el comienzo es duro con una fuerte pendiente, pero el resto es suave y agradable.
 

Esta vez los senderistas fueron Dani, Fede (Gps), Fernando (Ferch), Kiko (Innovador), Manolo y Pedro. Gilbert tuvo un pequeño percance el viernes anterior y no pudo ir, y el otro Pedro andaba de compromiso ineludible. Para dos de los caminantes, Dani y Pedro, ésta era su primera experiencia en el club Rayito, y como su perfil era más corredor que otra cosa, el día se esperaba duro. 

Aparcaron los coches al lado de la carretra que va de Cabanes a Oropesa, cerca de la font de Miravet. Era pronto por la mañana pero no hacía frio. El sol de marzo empezaba a calentar. Los seis senderistas comenzaron la subida al castillo. Como el desnivel era bastante elevado, pronto entraron en calor. Comenzar ya directamente con una fuerte subida no era demasiado bueno para los gemelos de los caminantes, que se tensaron rápidamente. Manolo siempre dice que no le hagan la putada de comenzar a subir tan pronto y que se elijan rutas con algo de llano al principio para poder calentar un poco. Este día no tuvo suerte.

Tras 20 minutos de ascenso se llegó a la muralla exterior del castillo. Una vez allí todavía quedaba un trecho hasta llegar al nucleo de la fortificación. El castillo fue grande y famoso, pero hoy esta en ruina total. Desde siempre ha existido la leyenda de un fabuloso tesoro escondido en el tiempo de los "moros" y enterrado en la iglesia de san Martin, dentro del castillo. Por desgracia, una legión de personas ha pasado con detectores de metales, picos y palas e incluso dinamita, y ha contribuido a la destrucción de todo tipo de edificaciones. Que se sepa, nadie ha encontrado ningún tesoro escondido.

El castillo, de gran valor estratégico, fue construido por los árabes, conquistado por el Cid, reconquistado por los árabes poco después, y vuelto a conquistar por las tropas de Jaume I. Nuestros senderistas hicieron un poco de turismo y dieron un vuelta por el castillo, subiendo a lo alto de la torre, o de lo que queda de ella. Una vez imaginado como sería este castillo cuando estaba entero y haciendo chiste de las caminatas que se pegarían los soldados cada vez que tuvieran que subir al castillo o bajar de él, los caminantes prosiguieron con su ruta.

La excursión seguía por una pequeña senda, que es la que une el castillo con la font de Perelló. El caminar por a senda fue muy agradable. Prácticamente no tenía pendiente y, como había llovido un poco unos días antes, la tierra tenía humedad y no estaba muy suelta. 

Al poco rato la senda se transformó en pista que, tras un pequeño repechón, comenzó a descender con suavidad. Aquí salió la vena atlética del grupo. Todos comenzaron a trotar. No había demasiadas piedras sueltas y el trote cuesta abajo resultaba cómodo. Dani y Pedro, dos corredores consumados tomaron una pequeña ventaja y los demás iban por detrás, pero sin perder del todo el contacto. Los 4 últimos kilómetros de la ruta se hicieron corriendo, con lo que la media se subió considerablemente. Mientras que el  primer kilómetro se hizo a 1,64 km/h, más de 37 minutos (entre la subida y la visita al castillo), el último se hizo a 7,46 Km/h. Una marca no apta para huevones.

Al final, 200 metros de carretera y llegaron al coche. Esta vez Ferch y Manolo no pudieron quedarse a las cervezas, tenían un compromiso gastronómico y las familias les habían puesto límite horario. El resto se trasladó a Els llauradors, en Benicàssim, y dió cuenta de unos cuantos tercios mientras se comentaba la ruta. Fue la primera salida de Dani y Pedro con el club Rayito y les gustó cómo había discurrido la mañana. Para todos fue una buena excursión. Corredora pero buena. Echaron una risas y comentaron de coña que, con días corredores como este, casi sería mejor cambiar el nombre de club Rayito por Agrupación Atlética Rayito.