lunes, 27 de enero de 2014

La Vertical del Bartolo y las Crestas

La que presentamos es una ruta bonita, con unas vistas espectaculares, pero con una muy exigente subida al principio.

Esta vez nuestros senderistas fueron Clemente, Gilbert (Rayito), Fede (Gps), Kiko (l'Innovador) y Manolo. Habían chicas convocadas pero al final no pudieron venir, no sabemos si por respeto a la montaña o por miedo a los caminantes.

El perfil de la ruta demuestra claramente lo exigente de la subida inicial. De ahí le viene la fama y el nombre que el club Rayito da a esta senda: la "Vertical".


Esta ruta se hizo un día de finales de enero, pero al contrario de lo que se podría suponer, la temperatura y la claridad del aire (hizo viento el día anterior) daban la sensación que el día fuera de primavera. Gps, el de los eternos pantalones cortos, no iba solo. Clemente también fue solidario y se los puso. El día se prestaba para ello.

Dejaron el coche en el aparcamiento del monsterio y se comenzaron a caminar por la carretera en busca de la font de sant Josep. Rayito estrenaba zapatillas y quería probarlas. Llevaba tiempo dando la paliza sobre la talla. Que si medio número menos o que si medio número más. Incluso compró unas y después las cambió. Hoy era el día donde, después de tanto tiempo decidiendo sobre el calzado, sabría si había acertado o no.

Una vez en la font de sant Josep, nuestros caminantes cogieron la senda que va hacia el Pla de Muletes y, a los ciento cincuenta metros, se desviaron a la izquierda por la "vertical". La "vertical" es una senda que sube casi de forma directa a las antenas del Bartolo. La senda es de poco más de un kilómetro y el desnivel de de 350 metros, con lo que la pendiente media es casi del 35% (ni el Mortirolo, ni los lagos de Covadonga, nl el Alpe d'Huez, ni el Galibier ni nada que se le parezca). Es media horita de sudar donde los gemelos se te ponen como piedras, y más de uno, con la excusa de ver las lslas Columbretes, hace paraditas para recuperar el aliento.

Pues allá andaban los senderistas dejándose el hígado subiendo cuando de repente un ciclista de mountain bike pasó por su lado cuesta abajo, jugándose el tipo. Tras él venían dos más que no tenían tanta soltura. Se subían en la bici, iban cinco metros, y enseguida al suelo. Los chicos del club nunca se podrían imaginar que por allí se pudiera bajar en bici. En el mundo tiene que haber gente de todas clases, pero esperemos que estos ciclistas tuvieran un buen seguro de accidentes, porque, si no lo han utilizado ya, lo usarán pronto.

La llegada a la cima del Bartolo se realizó de forma escalonada. En este tipo de ascenciones vale la penda no ir en grupo. Que cada uno se esfuerce lo que buenamiente pueda. A la sombre de la ermita de san Miguel Arcángel se reagrupó el pelotón y los cinco senderistas bajaron por la pista a buscar la cruz del Bartolo, lugar donde comienza la senda de las Crestas.

La senda de las Crestas del  Bartolo, como ya hemos dicho en otras ocasiones, es una de las más bonitas del paraje del Desierto de las Palmas. Discurre por los puntos más altos de la pequeña sierra que va desde la cruz del Bartolo al coll de la Mola. La cara este de la sierra está bastante pelada de vegetación (por el viento del mar) y la cara oeste es un bosque continuo. Las vistas tanto a un lado como a otro son espectaculares y, como el día era tan bueno, los seneristas se sintieron unos privilegiados por poder estar allí disfrutando de la montaña tan cerca de su casa.

La bajada de las crestas se complicó un poco. De repente aparecieron subiendo un autobus de excursionistas (alrededor de 40) de diversas edades y capacidades. En plena subida algunos andaban un poco apurados. Nuestros personajes les dieron ánimos y siguieron su camino hasta el coll de la Mola. En el coll hubo otro reagrupamiento y se comenzo a bajar por la pista hacia la senda del monasterio.

Manolo y Clemente necestiaban un poco más de entrenamiento y dejaron el grupo para hacer la ruta más larga. Estos dos esforzados caminantes se están preparando para hacer le Marató i mitja (carrera de montaña de 63 Kilómetros) y necesitan entrenarse más y mejor para sufrir lo menos posible en la carrera.

L'Innovador, Gps y Rayito cogieron la senda a la izquierda hacia el monsterio y llegaron sin problemas al aparcamiento. Ahora quedaba lo mejor. Bajar a Castellón y aprovechar el calor del sol en una terracita delante de unas cuantas cervezas.

Junto a las cervezas se comentaron las sensaciones de la ruta, que fueron excelentes. Se agradeció el esfuerzo de la subida y se hablo bastante de la bondad del clima mediterráneo, que a veces nos da unos días inmejorables para el senderismo. Ya se hablaba de nuevas rutas y de apuntarse a alguna que otrra carrerita de montaña, en principio para hacerla andando o trotando, que la edad y las cervezas ya no nos permiten hacer grandes alardes.



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